Un hombre soñó que había construido una escalera que iba de la tierra al cielo, y que cada vez que hacía una buena acción, la imaginaría escalera subía un par de metros.
Cuando hacía alguna cosa extraordinaria, la escalera subía todavía más y cuando daba fuertes sumas de dinero, más todavía.
Después de un tiempo, la escalera ya era tan alta que no veía la parte superior, perdida entre las nubes.
El hombre pensaba, en su sueño, que cuando le llegara la muerte, subiría su escalera y entraría directamente al paraíso.
Pero en eso escuchó una voz del cielo que decía: “El que sube por otra parte, el tal es ladrón y robador”.
En eso se cayó, escalera y todo, y se despertó.
Vio que si quería ser salvo, debería serlo por otro camino, y no por el de las buenas obras.
Y entonces tomó el camino único; el Señor Jesucristo.
Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6
Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.
Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
-No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
Entonces le pregunté extrañado.
-Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: -"Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella".
Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: -"Esa es la clase de amor que quiero para mi vida. El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es... "
1 Juan 4:8 "El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es amor."
El amor puro y verdadero nacido en el corazón de Dios, donde el compromiso se conjuga en el matrimonio como fruto del perfecto plan de Dios.