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domingo, 1 de noviembre de 2015

El cielo, no por obras


Un hombre soñó que había construido una escalera que iba de la tierra al cielo, y que cada vez que hacía una buena acción, la imaginaría escalera subía un par de metros.
Cuando hacía alguna cosa extraordinaria, la escalera subía todavía más y cuando daba fuertes sumas de dinero, más todavía.

Después de un tiempo, la escalera ya era tan alta que no veía la parte superior, perdida entre las nubes.
El hombre pensaba, en su sueño, que cuando le llegara la muerte, subiría su escalera y entraría directamente al paraíso.

Pero en eso escuchó una voz del cielo que decía: “El que sube por otra parte, el tal es ladrón y robador”.

En eso se cayó, escalera y todo, y se despertó.
Vio que si quería ser salvo, debería serlo por otro camino, y no por el de las buenas obras.
Y entonces tomó el camino único; el Señor Jesucristo.

Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9  no por obras, para que nadie se gloríe. 

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6